Museo del Prado 1505 - 1510 Óleo sobre tabla 119,5 x 139,5 cm. |
La composición se organiza en cuatro círculos. El central presidido por un medallón con la imagen
tradicional del Cristo varón de dolores, acompañada por la inscripción: “Cuidado, cuidado, el
Señor lo ve”. La zona anular que rodea dicha representación se halla subdividida en siete
sectores, cada uno de los cuales está dedicado a un pecado. La disposición radial de las escenas
(ilustradas asimismo por inscripciones) obliga para su contemplación el recorrido alrededor de la
tabla. Se alternan en ellas figuras masculinas y femeninas, en interiores o sobre fondos de
paisaje urbano y rural. La ira, por ejemplo, reviste la apariencia de una reyerta entre aldeanos,
mientras que la lujuria consiste en una íntima fiesta campestre amenizada por dos juglares.
Los cuatro círculos menores que ocupan las esquinas de la mesa contienen figuraciones de las
postrimerías. Los de la parte superior corresponden a la Muerte y al Juicio. En el primero, un
médico, tres religiosos, una monja, un ángel y la muerte circundan al moribundo, cuya cabeza se
halla aparatosamente vendada; sus familiares se hallan en una estancia contigua. El Juicio, por
su parte, se atiene a un modelo muy medieval, con la figura del Señor triunfante entre ángeles,
sobre el camposanto en el que surgen los difuntos alertados por el son de los clarines.
La representación del Infierno es de tinte rojizos y sombríos; en este ambiente se desarrollan
las torturas que tantas veces ha narrado el pintor. La Gloria, finalmente, adopta la forma de un
edificio palaciego, presidido por la figura divina entre las categorías angélicas; a su puerta se
hallan el arcángel san Miguel, cumpliendo hasta el último momento su función de defender las
ánimas de los bienaventurados de las acechanzas del demonio, y san Pedro.
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